Ana Galindo
@AnaGalindo_
PRESENTACIÓN DE LA ACTIVIDAD
- Estas historias están escritas a partir del relato que yo les conté a los alumnos y alumnas del cuento infantil "Las manzanitas de oro", que me contaba mi madre cuando yo era pequeña, que a su vez, se lo había contado a ella su madre (mi abuela) cuando era niña.
- A través de una de mis alumnas he descubierto ahora, que se trataba de una versión del cuento llamado "Un Ojito, Dos Ojitos, Tres Ojitos" de los hermanos Grimm.
- Yo también se lo conté a mi hija Marina, y quizás algún día, tanto ella como mis alumnos y alumnas se lo contarán a los suyos (si los tienen).
DESARROLLO:
- Contamos de manera oral un cuento de nuestra infancia a nuestro alumnado (puede contarlo también un alumno o alumna, si conoce alguno que no sea tan conocido como los tradicionales)
- Damos unas instrucciones previas, como respetar bien los personajes, bien el principio, o bien el final, pero la historia, en su conjunto, debe ser diferente.
- Como objetivo complementario para la clase de escritura y expresión oral, nos pusimos en la tarea de convertirnos en NIÑOS Y NIÑAS CUENTACUENTOS:
- Nos repartimos por las cases de primer ciclo contándole nuestras variantes a los alumnos y alumnas de primero y segundo de primaria...para que también los transmitan algún día.
- Así siempre estarán vivos en nuestras memorias.
- El cuento original está escrito al final, como cierre de todas las variantes.
EJEMPLO:
LAS
MANZANAS DE ORO
Miguel
Jiménez Hernández
Había una vez una niña que
había sido adoptada por una familia muy rica. En la mansión la
obligaban a limpiar, ordenar, y hacer las tareas de la casa. No la
dejaban salir, ni jugar, ni siquiera sentarse a comer en la mesa.
Un día, cuando la pobre
muchacha ya era una mujer, pasó el príncipe del reino que estaba
buscando una mujer con quien casarse. La muchacha se ofreció
voluntaria pero el príncipe le dijo que si quería ser su mujer
tenía que hacerle un regalo. Ella se ofendió porque pensaba que
debería ser ella la que pidiera el regalo... pero con tal de salir
de allí...
El príncipe le dio el plazo de
un día para que le hiciera un regalo y ella sabiendo que no podía
darle nada, salió al jardín y empezó a llorar. De esa lágrima
brotó un gran manzano, pero no un manzano cual quiera ... ¡salió
un manzano con manzanas de oro!
La chica se puso muy contenta al
contemplar el árbol y cuando el príncipe llegó las malvadas hijas
de la familia adoptiva empezaron a reírse y a decir que serían
ellas quienes se lo regalarían al príncipe.
La muchacha le dijo al príncipe
que le regalaría una de las manzanas de oro para que, con sus
semillas pudiera cultivarlas, y ella se quedaría con el resto porque
así tendría su fortuna particular
Al final el príncipe comprendió
que había sido muy desagradable, valoró a la muchacha y ésta ya no
volvió a ser obligada a nada más en su vida por nadie.
LEE EL RESTO DE CUENTOS DE LA CLASE:
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