Cuento Twitteado. Juego para Contar Historias.

Ana Galindo

@AnaGalindo_

Primaria

La actividad consiste en escribir o re-escribir un cuento a base de tweets... (textos de 140 caracteres)
Es una actividad muy divertida e interesante (aunque, segú mi experiencia, resulta más complicada de lo que pensamos en un principio)
También se puede practicar para escribir una historia colaborativa, y trabajar así habilidades y estrategias: el resumen y la expresividad.

Desarrollo:

Podemos sugerir escribir microrrelatos individualmente, como cuento completo
Podemos hacer un cuento colaborativo, uniendo y continuando a base de párrafos/twits por todos y cada uno de los alumnos/as de la clase (estableciendo un orden de continuidad)
O bien, podemos elegir un cuento, dividirlo en párrafos y repartirlos entre los alumnos/as de clase. Ellos reescribirán el párrafo, resumiendo y adaptando el contenido al número de caracteres de un twits

Dirigido preferentemente a Tercer Ciclo

El siguiente ejemplo está llevado a cabo en mi clase de Sexto de Primaria, y publicado en nuestro blog de clase El SexTo NiveL

"Un cuento para soñar"

Texto original de Susana Teresa Sánchez de Bodanza

Este cuento de soñar se repite en muchos países: una historia de niños como Juan, con derecho a la educación, y de Carlos que ama su profesión
A ellos, mi homenaje y mi sueño. La esperanza hace camino. Juan vive en la selva
donde los árboles parecen gigantes, cuyos cabellos se enganchan en las lianas. Arman un lío. El es feliz, corriendo descalzo entre las matas.
Está descalzo. La tierra le hace cosquillas y mancha los pies; sus risas asustan a la comadreja. A veces sus dedos pasan frío lastimándose.
Él nunca pensó que había lejos del pequeño pueblo. Él ama la selva, para Juan es un mundo mágico. Con muchas cosas: pasadizos secretos...
Le gusta jugar con la espuma, y cuando algún coatí le roba algo sale detrás de él.
Se entretiene viendo huellas de animales, asomando su nariz en cuevas,madrigueras y nidos para coger sus habitantes. Se divierte mucho
Cuando el sol se pone color caramelo es divertido, porque la brisa mueve las hojas , los grillos cantan y empieza la fiesta de los sonidos
en la selva parece que alguien derramara un perfume y los monos silbaran en concierto; Juan sabe que cuando el río ruge no puede pasar nadie.
Juan, triste, quería ir a la escuela y aprender. Subió a un árbol, soñó con tener amigos y jugar. Escuchó algo, bajó del árbol y lo vio.
El ruido lo hacía al caminar un gran gigante, con ojos azules, rubio, camisa larga, botas y mochila. Juan quedó muy sorprendido.
Soy Carlos.- .¿Qué haces por la selva?- Indagó Juan. Busco a los chicos que viven de este lado del río, para cumplir un sueño
Yo nací al otro lado del río donde había escuela, y pensaba en los niños de aquí que no podían ir. Cuando me fui a Posadas, prometí volver.
Alli fui maestro y luego he regresado a la selva para que se cumpla el deseo.Pediré ayuda y haré una escuela. Entonces siguió caminando.
Unos padres de otros niños limpiaron la zona. Juan y sus amigos cogieron muchos troncos hasta que la escuela se hiciera mas grande.
Los asientos eran redondos y los chicos estaban fascinados. Las letras que Juan enseñaba las repetía el viento por la selva.
Pronto aprendían y Carlos les dijo que eso era un derecho de todos los niños. Un día escribieron una carta a chicos de la capital.
La carta llegó a la escuela. Silvina la leyó y dijeron escribiremos a un programa y pedimos una escuela linda para los niños de la selva.
Silvina sonrió, han aprendido que signos y letras pueden ser solidarios. La carta fue al río, luego a la cuidad y la pusieron en el montón.
El director de un programa de tv eligió una carta para el ganador: un equipo completo para la escuela de Misiones, con pizarra, luz, tele...
Llegó a posadas.La esperaban los chicos que enviaron la carta¡Que alegría! sintieron.Y la escuela llegó a la selva
Juan y sus amigos no creían lo que veían: la escuela era bonita y había regalos dentro: zapatillas, zapatos, camisas largas...
Pero lo mas emocionante fue ver la bandera celeste y blanca.También los invitaron a visitar Buenos Aires en avión. Volvió cambiado.
Contó que la gente corría apurada, el aire olía raro, el cielo no era azul y a los árboles les faltaban lavaditas. Estaba muy asombrado.
Juan miró alrededor y nada había cambiado. Vio la escuela y recordó sus derechos. Mientras, en la selva, un coatí jugaba con su gorra.

PUEDES LEER E IMPRIMIR EL CUENTO ORIGINAL

AQUÍ

Re-escribimos un cuento, a base de tweets... (textos de 140 caracteres)

Cuento colaborativo. Así trabajamos habilidades y estrategias: el resumen, y la expresividad.

CUENTO RESULTANTE, ESCRITO POR LA CLASE:

Este cuento de soñar se repite en muchos paises: una historia de niños como Juan, con derecho a la educación, y de Carlos que ama su profesión
A ellos, mi homenaje y mi sueño. La esperanza hace camino. Juan vive en la selva
donde los árboles parecen gigantes, cuyos cabellos se enganchan en las lianas. Arman un lío. El es feliz, corriendo descalzo entre las matas.
Está descalzo. La tierra le hace cosquillas y mancha los pies; sus risas asustan a la comadreja. A veces sus dedos pasan frío lastimándose.
Él nunca pensó que había lejos del pequeño pueblo. Él ama la selva, para Juan es un mundo mágico. Con muchas cosas: pasadizos secretos...
Le gusta jugar con la espuma, y cuando algún coatí le roba algo sale detrás de él.
Se entretiene viendo huellas de animales, asomando su nariz en cuevas,madrigueras y nidos para coger sus habitantes. Se divierte mucho
Cuando el sol se pone color caramelo es divertido, porque la brisa mueve las hojas , los grillos cantan y empieza la fiesta de los sonidos
en la selva parece que alguien derramara un perfume y los monos silbaran en concierto; Juan sabe que cuando el río ruge no puede pasar nadie.
Juan, triste, quería ir a la escuela y aprender. Subió a un árbol, soñó con tener amigos y jugar. Escuchó algo, bajó del árbol y lo vio.
El ruido lo hacía al caminar un gran gigante, con ojos azules, rubio, camisa larga, botas y mochila. Juan quedó muy sorprendido.
Soy Carlos.- .¿Qué haces por la selva?- Indagó Juan. Busco a los chicos que viven de este lado del río, para cumplir un sueño
Yo nací al otro lado del río donde había escuela, y pensaba en los niños de aquí que no podían ir. Cuando me fui a Posadas, prometí volver.
Alli fui maestro y luego he regresado a la selva para que se cumpla el deseo.Pediré ayuda y haré una escuela. Entonces siguió caminando.
Unos padres de otros niños limpiaron la zona. Juan y sus amigos cogieron muchos troncos hasta que la escuela se hiciera mas grande.
Los asientos eran redondos y los chicos estaban fascinados. Las letras que Juan enseñaba las repetía el viento por la selva.
Pronto aprendían y Carlos les dijo que eso era un derecho de todos los niños. Un día escribieron una carta a chicos de la capital.
La carta llégo a la escuela. Silvina la leyó y dijeron escribiremos a un programa y pedimos una escuela linda para los niños de la selva.
Silvina sonrió, han aprendido que signos y letras pueden ser solidarios. La carta fue al río, luego a la cuidad y la pusieron en el montón.
El director de un programa de tv eligió una carta para el ganador: un equipo completo para la escuela de Misiones, con pizarra, luz, tele...
Llegó a posadas.La esperaban los chicos que enviaron la carta¡Que alegría! sintieron.Y la escuela llegó a la selva
Juan y sus amigos no creían lo que veían: la escuela era bonita y había regalos dentro: zapatillas, zapatos, camisas largas...
Pero lo mas emocionante fue ver la bandera celeste y blanca.También los invitaron a visitar Buenos Aires en avión. Volvió cambiado.
Contó que la gente corría apurada, el aire olía raro, el cielo no era azul y a los árboles les faltaban lavaditas. Estaba muy asombrado.
Juan miró alrededor y nada había cambiado. Vio la escuela y recordó sus derechos. Mientras, en la selva, un coatí jugaba con su gorra.